Es muy importante que desde muy chiquitos enseñemos a nuestros niños que se deben lavar las manos con frecuencia.
Fundamental hacerlo cada vez que llegan a casa desde la calle, despúes de ir al baño, antes de comer, luego de tocar algún animal, despúes de toser o estornudar. Si nosotros como adultos tenemos ese hábito, será para ellos más fácil de adquirirlo. Una buena ayuda para que lo hagan, es jugar con alguno de sus muñecos lavándole también las manos.
Esta sencilla rutina es una buena medida de prevención contra gérmenes y transmisión de enfermedades.
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