Esta decisión es tomada porque entre otras cosas consideran que el mejor lugar para aprender es la casa, que la educación escolar quita la creatividad al niño imponiéndole contenidos sin tener en cuenta su propia individualidad, sus intereses, sus debilidades y fortalezas.
Los padres toman las riendas de su educación, por un lado enviándoles a clases de idiomas, talleres que responden a los estrictos deseos de los chicos y les brindan conocimientos en el hogar. También se conectan con otras familias que han tomado igual decisión para intercambiar ideas.
Algunos deciden que rindan de forma libre los contenidos obligatorios del propio sistema educativo, cosa que solo puede hacerse dentro de la Ciudad de Buenos Aires. En el interior del país esto es mucho más complicado por la serie de papeles y documentación necesaria que se necesita para rendir en la Capital.
Una forma diferente de pensar en algo tan valioso como la forma de educación que deben recibir nuestros chicos.
Fuente: Diario La Nación.
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