El nacimiento del bebé es un momento pleno. Un cúmulo de emociones y gran felicidad se hacen presente ya que ser mamá, aunque no sea tu primer hijo, es una gran fiesta para el alma.
Todos quieren venir a compartir con nosotros esta gran alegría y obviamente conocer al bebé. A la hora de las visitas tené en cuenta ciertas pautas.
Es preferible que las visitas sean de corta duración. No es por mala onda con quienes te van a visitar, pero tanto la mamá como el bebé deben estar tranquilos lo que implica que no puede estar la habitación repleta de gente durante el horario de visitas.
Es importante por la salud del bebito que las visitas se laven las manos antes de tocarlo, alzarlo y si hubiera alguien con algún resfrio, tos, estornudo etc es mejor que postergue para más adelante la visita y vea luego al bebé. Los recién nacidos son muy delicados y no es conveniente que estén expuestos a ninguno de estos malestares.
Las visitas pueden ser mucho más valoradas ya cuando volvemos a casa con el bebé. Qué bien puede venir una mano amiga ayudándonos con el bebito para poder bañarnos tranquilas o tomarnos unos mates relajadamente..
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